Un día, Finn recibió en su salón a un poderoso mago, un maestro en el arte de las runas que estaba de paso y pidió la hospitalidad del earl del clan. Wülfrig aprovecho para hablar con el, ya que tenía curiosidad por saber más sobre este arte arcano, proveniente del mismísimo Woden. El mago, llamado Einar el Buho, se burló del muchacho, y le dijo que si le conseguía embaucar con una canción, él le enseñaría todo lo que fuese capaz de aprender. Wülfrig cantó una canción tan hermoso que
Con Einar, Wulfrig viajo durante varios años de viajes por todo el norte. Paso meses en los ventisqueros de las montañas de Noruega, asimilando los secretos de las runas. Cruzo el Rin y vio las ciudades y calzadas de los romanos. Viajando con su maestro, estuvo en el gran templo de Uppsala, en las salas de los daneses, las fortalezas de los francos y los palacios de los burgundios. Incluso una vez estuvo en el campamento del mismismo Etzel (Atila).
Wülfrig volvió a Frisia, tras oir noticias inquietantes. Sus peores temores se confirmaron, al encontrar a su padre muerto y su hogar quemado hasta los cimientos. Todo por mano de Hengist el juto.Wülfrig juró que de algún modo Hengist iba a pagar por lo que hizo. Poco después oyó que Hengist había entrado al servicio del Alto Rey de Britania y que se había instalado en la gran isla.
Así que cuando Wülfrig, se entero de que la princesa Jorun, que se oponia a Hengist, habia llegado a Frisia buscando guerreros para luchar en Britania, no dudo en unirse a ella con un doble propósito. Lograr su sueño de que su nombre pasase a la historia, y vengarse del hombre que asesinó a su padre.
Wülfrig, además de poeta, fue entrenado desde niño como un guerrero, por lo que tiene una constitución fuerte y una complexión robusta, aunque su especialidad es el arco. Su aspecto no es el típico que suelen tener los hombres del norte, tiene ojos castaños y pelo corto de color azabache. Es considerado un hombre atractivo y con una voz extremadamente dulce y cautivadora que enloquece a las mujeres y enternece el corazón de los hombres. A pesar de que domina el arco, Wülfrig ha estado en la mayoría de batallas como espectador, así que sólo tiene alguna cicatriz en el torso, brazos y piernas sin demasiada importancia y no muy visibles.
Es un hombre muy viajado y culto. No le gusta mucho la violencia, aunque no duda en luchar si esto es necesario. No tiene un corazón noble, pero desde luego, tampoco podemos decir que sea malvado, intenta mantenerse al margen de los problemas de los demás y ayudar sólo con sus relatos, poemas y canciones, de hecho, le gustaría pasar a la posteridad por sus habilidades como escaldo. Por esto, actualmente, busca a alguien poderoso, capaz de grandes hazañas, para poder narrarlas y ser conocido como aquel que las transcribió. Wülfrig es persona serena, que no pierde los nervios fácilmente y no suele alterarse, capaz de mantener la calma en los momentos más difíciles. Y es que para un buen escaldo, es muy importante mantenerse frío y así contemplar mejor todo lo que ocurre a su alrededor.
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