martes, diciembre 17, 2013

En busca de Eomer.

En la ultima partida volvimos unos meses atras, al momento de la desaparición de Eomer, el primo de Jorun.

Eomer, cristiano reciente, desapareció durante la Misa de Resurrección del año 452. En medio del servicio, en el momento de la consagración, un gran fulgor proveniente del altar sumió en la inconsciencia a todos los asistentes. Al día siguiente, Eomer había desaparecido. 

De inmediato, Wulfrig el rastreador, Marek el fyrdman y Rowenn y la guerrera, se pusieron manos a la obra para averiguar lo sucedido. Al examinar la capilla descubrieron que aquel monton de piedras negras era mucho mas antiguo de lo que hacia suponer su endeble estructura. Una inscripcion en la piedra ingular mencionaba el año 127 A.D como fecha de su construcción. Luego encontraron un rastro claro de una persona coja, lo cual indicaba claramente a Eomer y que se dirigen hacia el centro del bosque.

Un bosque al que romanos y britanos llaman el Bosque Perdido, y dicen que están llenos de duendes maléficos y bestias terribles. Pero los eothenbanum no se arredran y deciden adentrarse en la espesura, acompañados de seis seguidores dubitativos.

Los primeros días no ven nada extraño, aunque hace mas frió del esperado en este época del año y va aumentando según se internan en el bosque.  Pero la tercera noche ocurren varias sucesos extraños. El primero es que empieza a nevar, y que hace tanto frió, que esta empieza cuajar. Marek, temiendo perder el rastro de Eomer, levanta a sus compañeros y todos empiezan a seguir el rastro a la luz de las antorchas. Cuando llevan una hora haciendo esto, escuchan el soplar de un cuerno de caza en la lejanía, se detienen y aguardan atentos.
De repente, de entre la maleza surge media tonelada de fuerza blanca e indómita, se trata de un uro de piel blanca, una aparición ante la que los PJ se apartan. Tras su paso, se empieza a oir el ladrido de una jauría. Los acompañantes de los PJ, ya atemorizadas, empiezan a hablar de Woden y la Cacería Salvaje, y huyen atemorizados ante la impotencia de los aventureros, poco adiestrados en mandar hombres.

Por otra parte no disponen de mucho tiempo, ya que casi de inmediato la jauría surge de entre los mismos matorrales que el uro blanco. Son sabuesos enormes de piel negra y ojos rojos sin pupila que arden como el fuego de los condenados, mas Rowen no  se arredra y con su enorme espada de doble puño, cae sobre ellos sin piedad, matando a cinco de ellos en un abrir y cerrar de ojos, al cogerlos totalmente desprevenidos. Wulfrig, captura al ultimo de los sabuesos y trata de utilizar sus conocimientos de las bestias y los pájaros para controlarle, con cierto éxito. Pero ya se escucha el galope de un caballo. ¿Cabalgara el Padre de Todos en pos de los sabuesos, como temían algunos?.

Cuando el jinete parece estar a punto de aparecer, una oleada de llamas surge de entre los arbustos. Los PJ se echan al suelo para evitarla, quedando a merced de la oscura figura que surge de entre las sombras. Sobre un caballo negro de ojos rojos, un enorme guerrero vestido de cuero negro, con una capa de pieles y un yelmo con cuernos de ciervo, una pesadilla surgida de las leyendas sobre la Cacería Salvaje.

Pese a las heridas sufridas en el combate los PJ deciden enfrentarse con este ser terrible. Pese a estar mejor armado y a caballo, el jinete oscuro acaba huyendo, al verse superado en numero y que sus enemigos no se arredran. Marek grita frustrado al enemigo en fuga.

Al día siguiente mientras buscan el rastro, los aventureros ven en la lejanía una columna de vapor. Al acercarse a la misma divisan a una hermosa joven desnuda en el centro de un estanque de agua en ebullición, su esbelta figura medio oculta por las columnas ce vapor que levanta la nieve al caer sobre el agua hirviendo.

La joven les pide ayuda, ha sido aprisionada en este lugar por la terrible Mab, la reina del Invierno. Ni ella ni los suyos pueden liberarla. Tras explorar varias posibilidades, los pj deciden invocar la ayuda de Gwawl, hijo de Bran, el gigante al que liberaron de su prisión junto al Rin. Tras ser convocado susurrando su nombre junto al estanque, aparece unas horas después. Los meses transcurridos desde su liberación le han sentado bien. El pelo le ha crecido en su cráneo y lleva un flamante mostacho,  su cuerpo ya no es frágil y consumido, sino que esta lleno de músculos y decorados con tatuajes de espirales y serpientes. Saluda a los héroes y se muestra dispuesto a hacer lo que le han pedido, pero les advierte del peligro de enfrentarse a la Reina Mab. Al confirmar los PJ su petición, se introduce en las aguas y libera a la joven. Inmediatamente Marek le cede la capa para que ésta pueda cubrir su desnudez. Al mismo tiempo de entre los arboles y arbustos que rodean la poza surgen un montón de elfos, del tamaño de niños, que festejan la liberación de su señora.

Los elfos ofrecen a los matatrolls que los acompañen a su hogar para celebrar la liberación de su señora con un banquete. Pero al recordar los relatos y leyendas que hablan de los peligros que puede representar un banquete se las hadas, deciden rehusar, y preguntan a los elfos si han visto a un hombre cojo y que camino tomaba. En efecto, lo han visto, responden, dirigiéndose hacia un lugar peligroso y terrible: El Bosque de las Espinas.

Al tomar el sendero indicado por los elfos, se van encontrando cada vez más plantas espinosas: zarzas, espinos, tojos, y acebos. Las espinas son cada vez mas largas y duras, y hieren con mayor profundidad, especialmente a Wulfrig, al que una espina tan larga y dura como una daga causa una herida en la brazo que sangra profusamente y le impide continuar.

Hay sin embargo una excepción: Marek. Las espinas que se mantienen duras y aguzadas para herir a sus compañeros, se doblan como hierba verde ante él. Tras unas horas de este camino de sufrimiento, los PJ deciden que su condición de cristiano es la que le protege. Dejan que continué viaje el solo, mientras la aguardan en el camino.

Marek recorre el camino entre zarzas y espinas un par de horas en solitario, hasta divisar una colina. En la cima de esta se esta construyendo una fortaleza, los que lo hacen son hombres con aspecto de guerreros bregados, con atavíos britanos y romanos. Una figura, subida en lo alto de una viga de madera clavando clavos, deja su martillo, y baja hacia Marek , saludando con la mano en alto.

Se trata de Eomer, ya no cojea, sino que corre y salta, ligero como una pluma. Abraza a Marek y le explica que el y sus "hermanos" están construyendo la fortaleza para que en el futuro aloje una reliquia de gran poder y santidad.  Todos ellos han sido traídos aquí por la Providencia Divina, y se entregan con gozo a la construcción de la fortaleza a la que llaman Castra Vettera, el Castillo de los Veteranos, ya que todos ellos son guerreros con muchos combates y muertes a sus espaldas y que agradecen esta oportunidad de redimirse y alcanzar el solaz del espíritu.

Eomer entrega una carta a Marek para su esposa Thyra y le indica que ella es la heredera de todos su bienes terrenales, pues el ya no ha de volver al mundo de los hombres. Le pide que diga que le encontró entregado a la plegaria y a la oración, retirado para siempre del mundo, y que no de mas detalles.

Marek vuelve con estas noticias junto a sus compañeros y después desandan el camino andado hasta la Poza del Agua  Bullente, donde buscan durante un par de horas a los elfos para que ayuden al maltrecho Wulfrig. Los elfos aparecen y guían a los PJ hasta un claro que rebosa primavera, con arboles verdes, margaritas y amapolas. Extienden una sabana de lino y colocan sobre el al maltrecho Wulfrig. Entonces la Joven de la Poza, ahora vestida con ropas de seda y coronada con una diadema de flores, empieza a extraerle con sumo cuidado de las espinas, y luego deposita un beso sobre cada herida, que se cierra al momento.

Luego, como desea estar un lado a solas con Wulfrig, un dulce sopor cae sobre los demás aventureros, que despiertan muchas horas después, completamente restablecidos, tras despedirse de la Joven emprenden el camino de vuelta al mundo de los hombres.

Afortunadamente cuando vuelven a Lymme y hablan con Jorum, ha pasado el mismo numero de dias que en el bosque. Informan a su señora de todo lo acontecido, y esta queda pensativa ante la posibilidad de haberse granjeado un nuevo enemigo, nada menos que la Reina del Invierno.

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