miércoles, junio 17, 2015

El Pais de los Gautas

Tras terminar sus negociaciones con el rey de los jutos, los beorlingas ponen proa hacia el norte, para girar luego hacia el este, surcando el Skagerrak, hasta llegar a las costas de los gautas.

Pero cuando se acercan al país de los wedras, el cielo se oscurece de repente, destella un relámpago, y del oscuro océano surge una enorme serpiente marina, mitad pez,mitad reptil,  Con sus  poderosos anillos envuelve a la Lagrimas de Freyja  haciendo a sus maderos crujir y gemir. La criatura es enorme, sus escamas negras como la noche, sus ojos brillan como ascuas en el cielo oscurecido y sus fauces parecen ansiar devorar el mundo.

Mas la bestia, acaso progenie de la mismisima jormurgard, no consigue su propósito al primer embite. La pericia del navegante Sven consigue salvar al barco, mientras Marek  y Rowenn luchan sin tregua contra la bestia, hiriéndola una y otra vez hasta que el agua de la batalla  mana de los surcos de la guerra y el abrazo de la serpiente marina se suelta, hundiéndose su inmenso cuerpo en el negro piélago.  No antes, eso si, de que Sven le corte la cabeza con intención de usarla para decorar el navío. No obstante, Wulfric le convence de que no lo haga, ya que los gautas podrían tomarse a mal que unos extranjeros llegaran a sus tierras con un trofeo así en  su proa.

Los mencionados gautas, o wedras como los llaman tambien los escaldos, no reciben bien en
principio a los forasteros cuando embarrancan sus naves en la playa. Son tiempos de sospechas y cautelas, los habitantes de la costa vieron el día anterior como el cielo se volvía negro de repente en pleno verano, y un guardacostas les somete a un severo interrogatorio antes de acompañarlos hacia Gauteborg, la capital de los gautas occidentales, donde reina Hredel.

El salón del rey gauta se alza en lo alto de un peñasco, y a sus pies ,en círculos concentricos, se agrupan las moradas de sus súbditos. Una empalizada rodea todo el recinto y los PJ entran en ella por una puerta decorada con tallas de serpientes, cuervos y gigantes. La comitiva asciendo por las calles de tierra , contemplada por ojos inquisitivos, hasta llegar al salón de Hredel. Traspasadas sus puertas, el chambelán les ruega que esperen en el vestíbulo mientras el rey acaba con la audiencia previa.

Mientras así aguardan, escuchan una gran algarabía de maullidos y gritos, tras la cual entran en tromba en el vestíbulo desde una puerta lateral dos enormes gatos en estampida. En pos de ellos viene un niño vestido con armadura de cuero, portando espada y escudo de madera. "¡¡No huyais malvados trolls!!", grita el chaval, mientras su persecución lo lleva a chocar contra Sven, causándole graves magulladuras, y es que el rapaz tiene mucha mas fuerza de la que seria de esperar en alguien de su edad.  Interrogado sobre su identidad el niño responde:

¡¡YO SOY¡¡:¡¡¡BEOOOWULF!!!!

En efecto se trata del héroe que algún día se hará famoso en todo el Norte, en el tiempo en que vivía acogido en la corte de su abuelo. De hecho la reina gauta entra inmediatamente despues del grito de su nieto y se lo lleva cogido por la oreja, riñéndole por molestar a las visitas.

Las puertas de la sala del trono se abre poco despues y los PJ penetran en ella. Hredel es un
hombre ya anciano pero que aún mantiene la espalda recta sobre el trono, tanto en sentido literal como figurado.  Junto al rey están su hija Fredhild, su yerno Ecgtheow (los padres de Beowulf) y su hijo y heredero Hygelac.

El rey escucha con paciencia a los eotenbanum mientras narran el propósito de su viaje. Sus hijos intervienen de vez en cuando en la conversación, produciéndose cierto rifirrafe entre Fredhild y Hygelac cuando el príncipe heredero hace referencia a que las únicas victorias de la reina Jorun se han producido en el lecho, a lo que su hermana le responde de forma mordaz.

Cuando les da la replica, el rey gauta les expone su situacion. El rey de los suecos, Egil el ynlingo, se prepara para hacerles la guerra. Egil es un hechicero tan poderoso como maligno, y el ataque de la serpiente marina parece ser obra suya. En las circunstancias presentes, deben comprender que necesita a todos sus guerreros, incluso a los exiliados suecos y daneses. Pero sin duda los valerosos sajones están fatigados, mejor dejar los negocios aparte por un rato y disfrutar de una buena cena. Quizás el día siguiente, durante la cacería de jabalíes podrían buscar una solución.

Durante la cena, Marek deleita al joven Beowulf con la historia de un jovencito llamado David, que siendo solo un muchacho, fue ungido rey y aniquilo a un gigante con solo una pedrada de su honda.

Al día siguiente ,con la cabeza aun dándoles vueltas por la hidromíel trasegada la noche anterior, los PJ se suben a un caballo, cogen una lanza,  y se unen a la cacería. Por el camino, el príncipe Hygelac les cuenta que la floresta a la que se dirigen es conocida como el Bosque de los Cuervos, un lugar donde acostumbran a ocurrir hechos fabulosos. Se dice que al Tuerto le gusta caminar de vez en cuando por estos bosques, con la forma de un simple viajero mortal de edad avanzada.

Hygelac les propone una apuesta: a ver quien se cobra mas jabalíes en esta jornada. Durante el día de caza los beorlingas, guiados por Wulfric, solo se cobran un par de piezas, y cuando la partida se reúne al ocaso en un claro del bosque temen haber quedado perdedores, pero al parecer Hygelac ha tenido aún peor suerte. El rey Hredel obsequia a los ganadores con un cuerno de uro con bandas de oro, durante el festín que se celebra por la noche en el que quizás falte la caza pero no la hidromiel.

Cuando ya se han retirado a dormir, y la mayoria de los cazadores están durmiendo, durante la hora del lobo, los relinchos de los caballos despiertan a los durmientes. Algo ocurre con los animales. Súbitamente se recorta contra la negrura de la noche la figura de un corcel en llamas, que rodea cabalgando el campamento, encerrándolo en  un anillo de llamas.

Pero la criatura, a la que los Beornlingas identifican como Mara, Yegua Nocturna o Pesadilla [night-mare] no ha venido sola. Otras tres bestias de la misma clase cabalgan junto a ella desde el cielo nocturno. Dos se quedan en lo alto para atacar desde arriba, mientras la cuarta conduce a los caballos de los cazadores en estampida cruzando una y otra vez el claro para sembrar el caos.

Los Eotenbaum consiguen formar una defensa en torno al rey wedra, convocando junto a ellos a
muchos hombres desorientados. Así consiguen contener varios asaltos de las pesadillas. Entonces las criaturas cambian de táctica. Tres de ellas cabalgan por el aire ascendiendo hasta detenerse en lo alto, justo sobre los combatientes.  y relinchan al unisono. El relincho de las Pesadillas hace temblar de miedo a los más valientes. Los gautas huyen, abandonando a su rey. También los sajones parecen a punto de flojear, pero finalmente se mantienen junto a Hygelac, soportando varios embates mas de las maras. Wulfric consigue siempre intuir las maniobras de las bestias, y Sven y Marek consiguen proteger al rey de los asaltos, sufriendo terribles heridas al hacerlo.

Los crueles tajos de Ebola, la hoja de batalla de Rowen, diezman a los caballos controlados por la mara, pero no consiguen herirla. El agua de batalla fluye de los valeros eotenbanum y ya oyen abrirse ante ellos las puertas del walhalla, cuando las gautas, recuperado la hombría por las palabras del príncipe Hygelac y Ecgtheow. Consiguen desconcertar a las Pesadillas el tiempo suficiente para rescatar al rey y huir al interior del bosque.

Los frustrados demonios lanzan un ultimo ataque desde el cielo, que fracasa estrepitosamente entre las ramas de los arboles. Fracasado su vil propósito, huyen hacia el cielo occidental, lo mas lejos del alba que ya despunta por el este, trazando un surco de llamas en el cielo.

Más no son las únicas luces en el tapiz de la noche. Una tras otra se encienden las almenaras en las colinas de la frontera:  "Llamas en las colinas, el Fuego de la Guerra", pronuncia solemne el soberano gauta.

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