lunes, marzo 25, 2024

Los beltalouda de 2300 AD


Introducción

 La creación de nuevas culturas y etnias humanas en respuesta a los desafíos de la expansión en el espacio es un tema clásico de la ciencia ficción. Si bien en los primeros tiempos del género, se solía hablar sobre todo de la situación en planetas semejantes a la Tierra, en gran medida en un calco de los procesos de independencia colonial que se habían producido o se estaban produciendo en los años 50 y 60.

Conforme fue avanzando el siglo XX , el género empezó a explorar nuevas situaciones, como la de grupos humanos que se habían adaptado a nuevos entornos, como los de baja o microgravedad. Empezó a aparecer en muchas obras un grupo humano descendiente de los mineros de los asteroides, los belters.

La historia inicial suele ser esta, una Tierra hambrienta de recursos comienza a explotar los asteroides, primero los troyanos cercanos a la propia Tierra, luego los del Cinturón de Asteroides situado entre Marte y Júpiter, finalmente los planetas exteriores del Sistema Solar.  Los tiempos de viaje y las exigencias físicas son tales que los mineros acaban adaptándose a su nueva forma de vida. Tras varias décadas en los que se trata de mantener la explotación con tripulaciones rotatorias, regímenes de ejercicios y tratamientos médicos, muchos de los trabajadores se dan por vencidos, aceptando que no pueden volver a la Tierra, que el Espacio es ahora su hogar.

Este es el primer punto importante. Para que el pueblo cinturoniano nazca, debe haber personas que abracen esta nueva forma de vida y funden familias y comunidades que ya vivirán en este entorno. También que por razones médicas, económicas o una mezcla de ambas, sea un viaje sin retorno.  Esto también da forma al carácter y la cultura cinturoniana. Se trata de una raza de exiliados perpetuos de la Tierra, y la razón última de su exilio es la codicia de unos pocos, que envió a sus antepasados primero a trabajar en condiciones de gravedad cero y luego no hizo las inversiones necesarias para que pudieran volver.

Un pequeño inciso antes de continuar. La verdad es que el castellano no parece muy bien preparado para dar nombre a esta etnia. El corto y sonoro belter anglosajón tiene muy mala réplica en el neologismo cinturoniano, una palabra mucho más larga y que parece destinada a trabarse en la lengua.  Es seguro que en una situación real se acabaría usando un termino mas corto y util, como el beltalowda de The Expanse, probablemente una forma castellanizada, como beltalouda. Así que tomaré una decisión creativa y empezaré a usar este término para referirme a estas personas.

En 2300 AD

En el universo de 2300 AD, la época en la que la humanidad viaja entre planetas y no entre estrellas es relativamente corta. Si nos atenemos a la última edición, la humanidad vuelve al espacio en 2089, después del “bache” del Crepúsculo, y unos cuarenta años mas tarde, en 2132 ya existe el primer prototipo funcional de nave interestelar, y poco después en 2144 se produce la primera expedición a Alfa Centauri.  

Es decir, no existe la explotación de siglos y generaciones que sufren los beltalouda en el universo de The Expanse, porque además, no existe ningún proyecto de trasformación de Marte que consuma recursos a escala colosal.  Sin esa explotación no se dan las condiciones para la formación de la OPA , los beltalouda están mucho más diseminados y son aún más tribales. 

Igualmente, el que sigan existiendo las naciones terrestres y no un único gobierno unificado para toda la Tierra, da más libertad a los grupos de beltalouda y libertinos, con algunas naciones como Indonesia e Irán dando apoyo legal y diplomático a los colectivos mineros y de comerciantes independientes.

Sin embargo en las últimas décadas ciertos acontecimientos pueden estar haciendo surgir una identidad propia entre los beltalouda. Las grandes transnacionales han expulsado a la mayoría de las operaciones mineras independientes del Núcleo y el brazo francés. Las compañías de los beltalouda no tienen casi recursos ni posición en los Acuerdos de Melbourne, así que rara vez pueden defenderse. Y las armadas de las potencias siempre están allí para echar una mano a las transnacionales cuando falla el acoso económico. 

Hay toda una generación de jóvenes beltalouda que han oído hablar a sus mayores, de los buenos viejos tiempos, mientras tenían que trasladarse de sistema en sistema, buscando nuevas vetas no reclamadas por las transnacionales, con unos márgenes cada vez más estrechos. Algunos beltalouda han muerto en el fuego cruzado en las guerras de Francia con Manchuria y Alemania. 

La apertura de una nueva frontera en el Cúmulo del Cisne trajo consigo aires de esperanza, pero pronto quedó  claro que las transnacionales, usando todo su poder e influencia, iban a bloquear el acceso de los beltalouda en la nueva frontera.

Llegados a este punto varios grupos decidieron que ya era suficiente. La antigua táctica de empacar y buscar pastos más verdes no estaba funcionando ya, las voraces transnacionales no parecían dispuestos a darles ningún respiro. Hay que buscar otras opciones.

La cultura beltalouda en 2300 AD.

Aunque los belters han estado en la ambientación desde el principio, en la ultima edición del juego nos han dado un poco más de trasfondo sobre ellos. Así, sabemos que tienen su propio idioma, el zhargon, que no es solo hablado sino también incluye gran cantidad de gestos que enfatizan lo que dice el hablante, algo pensado sobre todo para situaciones en que el rostro del interlocutor no es visible por que lleva un traje espacial. 

También sabemos que prácticamente todos los beltalouda (belters) tienen alguna versión de la mDNA de zego-g , y muchos la versión que convierte los pies en un segundo par de manos. En muchos casos estos rasgos se heredan de los padres y no son modificaciones realizadas.

Igualmente nos hablan de disputas de los mineros de asteroides con los gobiernos y las transnacionales. Se menciona especialmente un conflicto en el sistema de la Estrella de la Reina Alicia con la armada británica.

De los libertinos nos hablan algo más en suplementos como Atlas of the French Arm  de Mongoose donde nos hablan de las familias de comerciantes libertinos y sus vínculos con los romaníes, pero los belters quedan totalmente a nuestra disposición.

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