martes, septiembre 03, 2024

Campaña Ad Astra I: Arrancamos Motores

 Arranca la Nueva Campaña.

Buenas, pues ya empezamos con la partida ambientada en el universo 2300 DC. Como no soy muy fan de Traveller como sistema, y tras valorar algunas alternativas como Savage Worlds y diversos sabores de FATE, finalmente me incline por probar The Expanse RPG, de Green Ronin.

Opte por esta opción porque quería probar un sistema nuevo, en este caso el AGE de Green Ronin, y por que ambas ambientaciones casan bien entre si. Ciencia ficción dura, sin mas atajos tecnológicos que los justos y necesarios. De momento el mashup funciona bien de momento, ya iremos viendo.

En la primera sesion no nos dio tiempo mas que ha hacer los PJ  (de momento solo hay dos jugadores, mas adelante se incorporara un tercero) y empezar la primera aventura. De momento os pongo aquí a los PJ , cuando terminemos la aventura subiré una crónica.


La "Retorno a Itaca"


Es la nave de los PJ, un mercante con capacidad atmosférica, ideal para llevar y traer mercancías de la

Frontera sin pasar por los tediosos tramites de los astropuertos y terminales orbitales.... Y quizás también evitar pagar algún impuesto que otro.

La nave pertenece a Chiron Mercantilus, una subsidiaria de Far Frontiers, y como todas las empresas de este conglomerado de origen cinturiano, es una sociedad cooperativa donde los trabajadores participan en los beneficios. 

Los PJ comparten la nave con los otros seis miembros de la tripulación, 

Addison “Addy” Grant es un ingeniero con mucho entusiasmo  que es bueno arreglando cosas y haciendo amigos.

Ade Akintola es un líder natural, ambicioso y con un don para la intriga.


Casey Khatri es una ex-soldado a la que es bueno tener de tu lado, tanto en una pelea como cuando hay que poner las cosas en su sitio.

Chao Sokolov es un medico compasivo con un pasado criminal, y habilidades que lo reflejan.

Izzy Moon es una hacker lista y autodidacta que sabe como apañárselas con lo que tiene a mano.

Nico Velez es una piloto cínica, entrenada en la Armada Espacial de EUA pero que no encontró de su gusto la vida militar.


Nota: para completar la tripulación hemos usado a los seis PJ pregenerados que aparecen en el Quickstart del The Expanse RPG.

Los PJ.

Hera Nagata

Una Joven Ingeniera Informática de altas capacidades; Beltalouda, rebelde y competitiva. Nativa de Ceres, tiene nacionalidad francesa y es miembro de los Hijos de Prometeo, por influencia de su madre, Rhea Nagata, hermana mayor de James Nagata y lo que la convierte en su sobrina.


Ha heredado por vía materna la adaptación  genética mADN Zero G, por lo que se puede mover tanto por entornos de microgravedad como de gravedad estándar.


A los 12 años fue becada por la empresa Far Frontiers  para cursar estudios avanzados en Ingenieria e Informática en la Universidad de la Nouvelle Sorbone  en Mare Serenitatis, Luna.


En la Universidad participó en actos reivindicativos, cosa que consta en su expediente policial. La férrea voluntad beltalouda y sus altas capacidades, le ayudaron a superar el desprecio y “bulling” xenófobo a la que fue sometida durante sus estudios, logrando licenciarse con una buena nota, aunque injustamente rebajada.


De piel clara, ojos oscuros, pelo rapado en uno de sus lados y coloreado en tonos morados, es de complexión ligera: mide 1,63 altura y pesa 53 kg. Aparte de los tatuajes de su clan, los Hijos de Prometeo (mano agarra antorcha que prende una estrella), su cuerpo está adornado con diversos tatuajes tribales.


Arisca, fría y cortante, le gusta mantener distancia, tanto física como emocional. Es muy pragmática y le cuesta aceptar órdenes.


De la tripulación de Retorno a Ítaca, con quien mejor se lleva es con Nico Velez. Jarrah, el australiano, es un "buenorro" que ha demostrado ser capaz, pero es inaguantable.


Jarrah Marika 

Jarrah Marika, es un australiano de 30 años, con rasgos marcados por su ascendencia aborigen. Al alcanzar la madurez, como parte del rito ancestral del “walkabout”, fue enviado a recorrer en solitario la vasta tierra de Arnhem para encontrarse a sí mismo.
Lo que comenzó como una búsqueda espiritual se convertiría en el catalizador de su futuro, ya que Jarrah había vivido atormentado por un profundo sentimiento de culpa. Su hermana melliza, Kirra, había nacido gravemente enferma debido a complicaciones en el parto y él siempre se había sentido responsable. Durante su “walkabout” tuvo la revelación de que él no solo era el culpable sino que también debía ser él quien encontrara una solución. Fue entonces cuando decidió que su código ético no sería un obstáculo para cumplir sus objetivos y empezó a tomar decisiones moralmente cuestionables. Al fin y al cabo, ¿quién puede trazar la línea que separa el “bien” del “mal” en la inmensidad del cosmos?

Jarrah se tornó en una persona de pocos amigos, independiente y fuerte. Logró establecer contacto con “Provolution”, una organización que prometía ser la solución a sus problemas. Los dilemas morales sobre los implantes neuronales y desarrollos de ADN tan controlados y vetados por los conservadores gobiernos de la Tierra no parecían un problema para este grupo. Todo lo contrario, eran socialmente activos y defendían abiertamente el desarrollo de esta tecnología que, sin duda, podría ayudar a su hermana. El problema del dinero ya lo resolvería más adelante.
Poco a poco se convirtió en un miembro bastante activo en la organización hasta que la participación en una acción tuvo un resultado indeseado y trajo problemas con la autoridad. Sin detenerse a valorar las consecuencias, esa misma noche tomó sus ahorros y puso rumbo al espacio. Gracias a las escasas comunicaciones con su familia dedujo que no está buscado por las autoridades de su tierra natal pero quizá sus excompañeros no le reciban con los brazos abiertos si se los vuelve a encontrar.

Desde entonces ha estado vagando por el Espacio Humano, trabajando como mecánico poniendo a disposición sus escasos conocimientos y notable fuerza. Ha entablado amistades superficiales y tenido fugaces relaciones en sus travesías hasta que finalmente aterrizó en “El Retorno a Ítaca”. La tripulación parece gente con ideales claros y moral cuestionable, quizá por eso se siente cómodo con ellos, aunque duda que puedan ser útiles para cumplir su objetivo. Mientras tanto, se lo pasa bien, con alguna más que con otros, y quién sabe, quizá algún día pueda rebautizar la nave como ”Retorno a Arnhem”.

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