Los sajones de Deira y los britanos de Ebrauc siguen oficialmente en guerra, ya que no se ha firmado tregua alguna. Sin embargo las necesidades de la labranza, y lo menguado de las fuerzas de ambos contendientes tras los dos últimos años de conflicto ha hecho que estén a la defensiva. Las aldeas y asentamientos de la frontera ( más bien frente de batalla), viven bajo una especie de tregua tacita, habiendo dejado una franja de colinas como tierra de nadie a la que pocos se acercan.
Como precaución, los beorlingas mandan a Wulfric el lacustre de avanzadilla para que eche un vistazo, con su sigilo acostumbrado. Wulfric. El explorador no ve a nadie mas que un pastorcillo bretón, muerto de miedo que se aferra a una lanza corta, al que esquiva fácilmente.
Cuando llega a la colina ve que esta corona por unas ruinas romanas, al parecer de una villa aunque de construcción peculiar, con un edificio principal de dos pisos. También descubre que alrededor de la colina hay muchas inscripciones en ogham , nuevas y viejas.. Con la información conseguida vuelve junto a sus compañeros.
Alfheim, Faerie, el Otro Mundo... |
Tras cierto debate y que Kjalak en forma de lobo espante al pastorcillo y sus ovejas para asegurarse de que nadie los ve, los Matatrolls cruzan la difusa frontera y buscan un lugar donde ocultarse mientras aguardan la llegada de la noche más corta del año.
Llega el ocaso y los aventureros se sitúan a la expectativa. Unas horas despues del ocaso, algo extraño ocurre. La imagen misma de la colina, titila, parpadea y es sustituida por otra imagen, Parece la misma colina, pero ésta aparece iluminada por una difusa luz ambarina. La villa en la cumbre esta intacta, como nueva con sus blancas paredes resplandeciendo al sol. La rodean otras edificaciones de madera y ladrillo y en las faldas de la colina hay un espeso bosque. Tras dudar un momento, recordando las historias sobre alfheim, deciden dar un paso adelante y entrar en el reino de las hadas.
Entran en este mundo por el bosque. Un bosque formado por arboles de hojas extrañas, y el que él aire trae fragancias intensas y poco conocidas. Pero lo mas extraño es la luz, no procede de ningún punto en concreto, sino de toda la bóveda celeste, y parece tener cierta cualidad liquida, como si se derramara desde el cielo y se deslizara sobre los objetos más que iluminarlos.
Súbitamente se dan cuenta de que desde las ramas les observa una extraña ave, un pájaro muy parecido a un cuervo, pero de plumaje escarlata y ojos blancos. El cuervo rojo les sigue saltando de rama en rama mientras se internan caminando en el bosque. Tras media hora andando, llegan a un claro, donde contemplan un espectáculo macabro:
El claro esta lleno de cadáveres: tirados en el suelo o colgado de las ramas. Sobre ellos, docenas de cuevos rojos se alimentan de los cuerpos, sin reparar de momento en los extraños que acaban de llegar a su comedero.
Varios de los beornlingas deciden acercarse a los cadáveres para examinarlos, sin importarles los
riesgos. Kjallak comete un error y una bandada de criaturas se lanza sobre él, picoteandole con saña hasta que se aleja, llenándoles a el y su lobo de feos picotazos que sangran abundantemente.
Wulfric, que conoce bien a las bestias y a los pájaros, consigue acercarse a los cuerpos sin perturbar a las aves. Los muertos son hombres, mujeres y niños y llevan ropas y adornos propios de los britanos.
¿Quien es la misteriosa amazona? |
Todo este escándalo a alertado a los habitantes de la villa, varios de los habitantes han montado en sus caballos y están bajando rápidamente desde la cima de la colina.
Al frente cabalga una hermosa doncella de cabello negro trenzado. Viste un extraño atuendo lleno de ricos bordadosy una especie de pectoral. Esta armada con una espada y un arco recurvado. Parece salida de los antiguos relatos de mujeres guerreras de griegos y romanos, las amazonas.
Wulfrig Finnson convence a sus compañeros de que no opten por la violencia y que se oculten entre los arboles mientras el se queda al descubierto para tratar de parlamentar con los jinetes. Oswulf el berserk decide quedarse junto a el por si las cosas se tuercen.
Así, erguidos dignamente, pero extendiendo las manos desnudas en signo de sus pacificas intenciones, los dos beorlingas aguardan a los jinetes.
Continuara....
No hay comentarios:
Publicar un comentario