No parece un mal lugar para pasar el invierno |
Los matatrolls se llevan un caldero del milagroso estofado de vuelta a Thanet, y como regalo de despedida regalan la piel del Gran Cerdo a Keitil. Uno de los colmillos sera para el rey Hengist, otro se lo guardaran, y por ultima, la hechicera Heidr se guarda los huesos de la bestia para crear amuletos rúnicos con ellos.
Las pocas semanas que restan del otoño las pasan construyendo cabañas para pasar el invierno y su Gran Salón. Todo se termina a tiempo gracias a los vastos recursos del clan de Beorn, incluyendo una Gran Sala, envidia de los demás clanes.
Con la seguridad del clan garantizada, los beornlingas se embarcan, nunca mejor dicho, en otro proyecto, la construcción de dos nuevos barcos. No se trata esta vez de naves construidas a toda prisa para cruzar el canal, sino de barcos con afán de perdurar, La ira de Hengist (¡¡pelotilleros!!) y Las Lagrimas de Freyja, para reanimar los contactos comerciales del clan.
En lo personal, cada uno de los matatrolls busca la mejor manera de aprovechar el tiempo durante los fríos, oscuros y anodinos meses invernales. Rowenn se entrena con afan para mejorar su dominio de las armas, Jorunn se dedica a profundizar sus estudios en la lengua y costumbres de los britanos, algo que hace en el Gran Salon de Hengist, lo que le obliga a soportar las atenciones de Octa, el mocoso del rey. Heidr quiere adquirir mas conocimientos sobre la ciencia de las runas, y consigue convencer a Saxeburgh, una poderosa hechicera, de que la enseñe, y así, cada uno de los personajes aprovecha como mejor puede el invierno para mejorar.
Cuando ya empieza a acercarse la primavera, el earl es convocado por los reyes. Cuando vuelve llama a su hija para tener una conversación privada junto al fuego y le anuncia que en cuanto sea posible se van a embarcar rumbo a Londinium junto al rey Hengist, para participar en una reunión de notables, un calegia cree que se llama (en realidad un Colegium de los Reyes de Britania, pero Jorun no quiere corregir a su padre). El caso es que Vortigern espera que muchos de sus reyes vasallos no acudan, y para tratar de dar una impresión de fuerza, ha pedido a Hengist que haga un gran despliegue, que vaya con mucha gente y que impresionen con sus atuendos. Lo cual lleva al Hlothere al punto espinoso del asunto: Jorun tendrá que ponerse un vestido.
En cualquier caso, esto pertenece al futuro. Y para averiguar algo sobre ese futuro, los matatrolls se reúnen una noche de luna llena a los pies del santuario de Freyja, para tratar de averiguar lo que les revela el factura. Hildr arroja las runas...
Y recibe una imagen clara y aterradora, una visión de una torre blanca, junto a la orilla de un gran rió, de la que cuelgan estandartes rojos con un cuervo bordado, un cuervo de aspecto muy peculiar:
El simbolo del estandarte |
BADB |
Los Matatrolls quedan sobrecogidos, inquientos ante el aspecto de las cosas por venir...
Las Tres Morrigan |
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