Las construcciones monumentales son una manera rotunda de asentar el tono de una campaña. Que puede hacerse con tiempo, entrega, y una cierta cantidad de magia. No la magia de lanzar bolas de fuego, volverse invisible o chiquilladas por el estilo, sino la del maestro cantero que usa un buril lleno de runas y musita una plegaria mientras lima los cantos de las piedras de silleria. La magia que construye cosas que perduran.
En el caso de Beta hay sin duda un grupo de monumentos que marcan la pauta: Las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Y entre ellas una en especial: el Coloso de Rodas.
El coloso de Rodas es una maravilla de la que solemos tener una imagen muy equivodas. Generalmente nos viene a la mente una imagen asi:
Pero en realida era mas bien esto:
Las diferencias son obvias, tanto en el tamaño como en la postura de la estatua. Como imaginareis, la más fiel a la realidad es la segunda. Los antiguos griegos nunca podrían haber construido una estatua tan grande como la de la primera imagen, y menos en esa postura, se habría hundido por su propio peso. Ademas, si hubiera habido un terremoto que derribara el coloso (lo que en efecto ocurrió), habria obstruido la entrada del puerto.
Pero en una película, un libro, un comic o una partida de rol, todos esperamos ver la primera imagen. En una partida ambientada en el mundo helenístico el director de juego debe elegir entre las dos imagenes y su eleccion puede contribuir enormemente a fijar el tono de la partida. Un Coloso de Rodas de trescientos codos de altura, con un pie a cada lado de la boca del puerto, que lanza rayos por los ojos y fuego por la boca es toda una declaracion de intenciones. Los que han llegado al cuarto libro de Canción de Hielo y Fuego ya saben cual fue la elección de Martin.
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